8.4. PONENCIA: ¿CÓMO
MEJORAR LA CALIDAD Y EL CONTENIDO DE UNA REVISTA TÉCNICA?
José Mompín Poblet
jmompin@telefonica.net
3r CONGRESO ESPAÑOL DE PRENSA TÉCNICA
Barcelona. Palacio de congresos. Días 3, 4 y 5 de diciembre
de 1986
¿ES POSIBLE MEDIR LA CALIDAD DE UNA REVISTA TÉCNICA?
Quizá puede parecer una pretensión
abordar un tema tan doméstico, siempre subjetivo, y a la vez ambicioso como es
el de esta Ponencia. Sin embargo, no pretendemos más que reflexionar acerca del
tipo de publicaciones que se vienen haciendo en nuestro país, y sugerir algunas
ideas que quizá resulten de utilidad.
Es posible que algo de lo que
expongamos sirva de punto de partida o discusión para, al final, entablar un
coloquio enriquecedor.
Somos del parecer que en el mercado
nacional existe una inflación de revistas técnicas en muchas áreas de
especialidad, en las que predomina la cantidad sobre la calidad de las
publicaciones. La potencia económica y tecnológica de España y la reciente
incorporación de nuestro país a la CEE, está espoleando también al Sector de
Prensa Técnica, que no debe olvidar la urgente aplicación de nuevas
tecnologías, métodos e ideas, a fin de ofrecer en todo momento y en cada uno de
los sectores productivos y de servicios, revistas modernas, interesantes,
actualizadas y con una atractiva presentación.
¿Pero cómo medir la calidad de una
publicación? Ante todo recordemos que la calidad es la propiedad o conjunto de
propiedades inherentes a una revista, que permiten apreciarla como igual, mejor
o peor que las restantes de su género.
Para iniciar este ejercicio de
reflexión, empecemos por analizar la figura del principal responsable técnico
de toda publicación.
EL DIRECTOR DE LA REVISTA, PERSONAJE CLAVE
El director de una revista técnica o
científica no debe olvidar que sus publicación tiene
que servir a numerosos profesionales, con necesidades diferentes y en algunos
casos contrapuestas. Veamos los más importantes:
1. Ante todo hay que partir de la
base que la revista va dirigida a un tipo definido de lectores, que requieren una información completa, veraz,
actualizada y de fácil comprensión.
2. El autor del artículo, que sobre todo si es colaborador externo, se
olvida en ocasiones del lector de la publicación. Es importante que el responsable
de la revista dicte normas precisas acerca de la forma de estructurar y
presentar las colaboraciones.
3. El editor de la revista, que debe velar para que la publicación sea
rentable, goce de la difusión adecuada y tenga el prestigio deseado.
4. El anunciante, que quiere obtener el máximo provecho comercial de los
anuncios o noticias insertadas en la revista. Sin olvidar, que por lo general,
la supervivencia de una publicación técnica depende en gran medida de los
anunciantes, es importante destacar la idea de que la separación e
independencia entre los departamentos de redacción y publicidad es crucial para
evitar el sometimiento de la revista a dictados de los anunciantes, con el
consiguiente descenso en la calidad, objetividad e interés de los artículos y
noticias de la publicación.
5. El compositor de los textos, que desea recibir los manuscritos con la
antelación suficiente, claramente mecanografiados, y con las indicaciones sobre
símbolos, tipos y cuerpo de las letras perfectamente definidos.
6. El bibliotecario y el documentalista, preocupados por disponer de la
colección completa de la revista, sin errores, y fácil de localizar cuando la
solicitan los usuarios.
7. Los profesionales que trabajan en servicios secundarios de información
(revistas de resúmenes, servicios de documentación y bancos de datos
bibliográficos), que necesitan abstracts o resúmenes
analíticos suficientemente claros y completos para que puedan clasificarlos y
recuperarlos con facilidad.
La creciente penetración del uso de
las Nuevas Tecnologías de la Información en el mundo de las artes gráficas, en
las escuelas y universidades, así como en el entorno industrial, nos obliga
cada vez más a tener presente que los artículos científicos e incluso técnicos
que se vienen publicando en las revistas españolas están siendo, o van a ser,
recopilados, en su mayor parte, en publicaciones secundarias o en bancos de
datos bibliográficos, nacionales e internacionales.
Es pues evidente, que los intereses
diversos e incluso antagónicos que pueden tener los distintos profesionales que
giran en torno de una publicación científico-técnica deban hacer tomar
precauciones al director de la revista a fin de no desvirtuarla ni en su
contenido ni en su presentación. Hay sin duda muchas formas de calidad insuficiente,
por lo que se precisa una especial habilidad para descartarlas primero, y
evitarlas después.
CLASIFICACIÓN DE LAS REVISTAS TÉCNICAS
Es conocido que las revistas técnicas
españolas presentan características muy distintas en su contenido y en su presentación,
por lo que no resulta fácil clasificarlas. Sin embargo, podríamos hacer una
primera tentativa, clasificándolas en:
a) Revistas de información
b) Revistas primarias
c) Revistas secundarias
d)
Revistas
terciarias
Revistas de Información
Son básicamente publicaciones de
noticias sectoriales en las que se dan a conocer progresos científicos,
técnicos o educativos, notifican congresos, cursos, conferencias o seminarios;
informan sobre personas, actividades empresariales, nuevos productos, etc.
Incluyen con frecuencia estudios de
mercado, encuestas, entrevistas con personajes del sector, reportajes sobre
ferias, empresas, centro de investigación, etc.
Revistas Primarias
Aunque pueden incluir todos o parte
de los epígrafes de información general descritos en las Revistas de
Información, este tipo de noticias ocupa un lugar complementario en las
Revistas Primarias, cuya principal finalidad es la publicación de artículos
científicos o tecnológicos en los que se presenten novedades en I+D
(Investigación o Desarrollo) y suministren todos los detalles de cálculo y
bibliográficos para que el lector pueda comprobar la validez de los argumentos
expuestos por el autor, y repetir todo o parte del trabajo, si así lo juzga
interesante.
Revistas Secundarias
Son revistas de resúmenes analíticos
en las que se recogen los abstracts (frecuente
denominación anglosajona) o contenidos resumidos de los diferentes artículos de
las revistas primarias. En ocasiones, se limitan a reproducir los sumarios de
dichas revistas.
Revistas Terciarias
Publican informes resumido sobre
procesos científicos y tecnológicos ya descritos en Revistas Primarias, durante
un amplio período de tiempo.
Con frecuencia una misma revista
técnica puede pertenecer a varias de estas categorías, ya que el tipo de lectores
o la estructura del sector al que sirven y van dirigidas, aconsejan tal
heterogeneidad.
ORGANIZACIÓN GENERAL. SEPARACIÓN DE FUNCIONES
Aunque en España todavía se dan
algunos casos, no es frecuente encontrar una editorial que se limite a publicar
una sola revista. Por lo general se tiende a aprovechar la infraestructura
administrativa y comercial de la primera revista, para expandirse a su
alrededor, editando sucesivas publicaciones, a ser posible dirigidas por el
mismo sector, o a sectores complementarios.
Una buena organización editorial
requiere una perfecta separación entre las tareas productiva, administrativa y
comercial. Por muy loables que hayan sido las empresas familiares, pioneras y
propulsoras del actual Sector de Prensa Técnica, hoy no puede defenderse una
concepción empresarial centralista y totalitaria en la que el editor de la
revista sea al propio tiempo su director, redactor, grafista-maquetista, agente
de publicidad, responsable de la promoción y coordinador con la imprenta y
encuadernación. Una editorial así concebida está irremisiblemente condenada al
fracaso, y en el mejor de los casos a mal sobrevivir, engrosando el grupo de
publicaciones anodinas, despersonalizadas y que gozan de escaso prestigio.
La separación de funciones entre las
secciones de redacción, administración y publicidad e independencia, aunque
coordinados entre sí por la figura del editor o director de publicaciones.
EL DEPARTAMENTO DE REDACCIÓN: CONSEJOS ASESORES Y DE REDACCIÓN
Es evidente que una buena revista
técnica necesita que los departamentos administrativo y comercial funcionen
igualmente bien. Sin embargo, centraremos la atención en el departamento de
Redacción, objeto de esta ponencia, ya que los demás aspectos serán tratados en
otras intervenciones a lo largo del Congreso.
Como dijimos al principio, figura
importante y fundamental en la redacción es el director de la revista, del cual
depende en gran medida que la información publicada sea veraz, completa,
actualizada y bien presentada.
El director debe ser un experto y
conocer perfectamente el Sector sobre el que informa la publicación, por lo que
deberá procurarse una constante actualización de conocimientos, ya que las
revistas técnicas son a veces el único o al menos el más importante elemento de
información y actualización de conocimientos profesionales que tienen los
lectores. Dado que la revista debe informar acerca de las nuevas tecnologías,
productos o procesos, es importante que el periodista técnico sea anticipativo
e informe acerca de las tecnologías que se aplicarán en el futuro inmediato.
Por ello, es conveniente que el
director y colaboradores visiten las principales Ferias del Sector, tanto
nacionales como internacionales, participen en Seminarios, Coloquios y Cursillos,
además de revisar las más importantes publicaciones internacionales del propio
sector. El espíritu de superación, la inquietud y el deseo de servicio, deben
ser tres de las cualidades que posea el director de toda publicación técnica.
Algunas revistas primarias de alto
nivel técnico hacen necesario o aconsejable un Consejo de Redacción, formado por un reducido número de científicos
nombrados para un cierto período de tiempo, y cuya misión es el de determinar
el contenido y la política científica de la revista, fijar las normas de
colaboración, etc. Este Consejo se encarga de revisar los artículos y
aceptarlos o rechazarlos.
Es evidente que un Consejo con tales
funciones condiciona enormemente a la publicación y hasta cierto punto la
encorseta. En este caso, el editor debe dar directrices precisas a los miembros
del Consejo con objeto de que en ningún momento aquél pierda el control de la
línea o política editoriales.
Más frecuentes suelen ser los Consejos Asesores, formados también por
científicos y técnicos, a los que se les confía la misión de sugerir ideas
acerca de posibles futuros temas o artículos a tratar en la publicación, pero
sin intervenir en el proceso de búsqueda de los colaboradores, lectura de los
originales y mucho menos en la aceptación o rechazo de los artículos. Conviene
renovar con relativa frecuencia a los miembros del Consejo Asesor, procurando
que conformen un grupo heterogéneo (por ejemplo, profesores universitarios,
investigadores, gerentes de empresas, técnicos comerciales, etc.), con objeto
de que ofrezcan puntos de vista complementarios, propios de especialistas en
diferentes responsabilidades, y líneas de productos o subsectores.
EL CONTENIDO DE UNA REVISTA
Como hemos apuntado, el contenido y
enfoque de una revista técnica puede ser muy variado: noticias del sector,
descripción de nuevos productos, estudios de mercado y encuestas, reportajes de
empresas y centros de investigación, reportajes sobre Ferias, Congresos,
Conferencias, etc., así como informes y artículos técnicos y científicos.
En cualquier caso, hay unas premisas
a tener presente, que condicionan la calidad
de una publicación, diferenciando una revista técnica de otra. Veamos algunos
aspectos:
Si se trata de noticias, reportajes e
informes, hay tres factores a cuidar particularmente, a saber:
La originalidad, procurando noticias
en exclusiva, o cuando ésta no sea posible ver de elaborar las noticias de
agencia y las que suministran las empresas. Causan una pobre impresión las
revistas que se limitan a transcribir las notas de prensa que facilitan las
empresas, entidades u organismos.
La independencia, publicando sólo
aquello que interese a los lectores. Con excesiva frecuencia se publican
reportajes y noticias de empresas que tienen escaso o nulo interés, pero que se
incluyen en la revista con el único objetivo de halagar la vanidad de
determinados empresarios o responsables de publicidad de las empresas clientes.
Con el sano afán de conseguir unas
páginas más de publicidad, se puede llegar progresivamente a deteriorar la
calidad e imagen de una revista.
El sometimiento de una publicación a
los anunciantes, aunque sea por razones de supervivencia, supone para la
revista sólo una solución transitoria, y hay evitarlo totalmente. Posiblemente
el tiempo se encargue de hacer la selección natural entre las publicaciones,
aunque en el ínterin ciertas prácticas poco éticas y dudosamente profesionales,
pueden dañar la imagen de un grupo de revistas sectoriales, e incluso, por
inducción, la de todo sector de Prensa Técnica.
El estilo periodístico es otro de los aspectos a cuidar en las
publicaciones técnicas. Por lo general, se descuida un aspecto importante que
debe realizar también la Prensa Técnica como auténtico periodismo que es: crear
opinión. Por ello, conviene cuidar y potenciar las editoriales y sección de
noticias, a través de las cuales se puede crear opinión. El periodismo de
opinión y el interpretativo son los que contribuyen a dar una mayor
personalidad propia a las publicaciones. La Prensa Técnica debe modernizarse
también en este aspecto, incorporando con mayor frecuencia el estilo
informativo, el interpretativo y de opinión.
Si se trata de una revista primaria
Además de lo dicho hasta aquí para
las revistas técnicas de información, se podrían añadir las siguientes
consideraciones que de alguna manera definen la calidad de las Revistas
Primarias:
En lo que respecta al tema de la originalidad de los artículos
científicos o técnicos, hay que tener como objetivo el publicar trabajos
inéditos. Recurrir a traducciones de publicaciones extranjeras cuando es posible
conseguir autores en el propio país, denota una carencia de imaginación y una
cierta irresponsabilidad para con el propio país. Es sabio que una nueva forma
de colonialismo tecnológico se realiza, precisamente, a través de las
publicaciones técnicas, con las cuales se penetra, sutil pero profundamente, en
el tejido educativo-industrial de los países menos desarrollados, condicionados
de alguna manera tecnológicamente.
Por muy cómodas y baratas que
resulten las traducciones o adaptaciones de trabajos extranjeros, hay que
tender a editar publicaciones autóctonas, con personalidad propia. Cuando el
tema exija, se puede recurrir excepcionalmente a colaboraciones foráneas, pero
procurando la aportación directa, en exclusiva.
La actualidad de los temas tratados en los diferentes artículos que
conforman la revista, debe ser también otro de los objetivos prioritarios de
toda publicación técnica. La revista no debe jamás pretender sustituir a los
libros de texto; una publicación así concebida no tiene sentido. Por el
contrario, una revista tendrá siempre sobre el libro la ventaja de la
anticipación. Por ello, conviene que aproveche la preeminencia que le confiere
el hecho de la mayor rapidez de confección, para ofrecer una información
actualizada e incluso anticipativa sobre las futuras tecnologías, procesos,
componentes, etc.
Otro de los aspectos que determinan
la calidad de una revista es la presentación
de la información: artículos, reportajes o noticias.
Queremos poner especial énfasis en
resaltar la importancia de elevar el nivel de presentación de las actuales
revistas técnicas españolas, excesivamente clásicas y conservadoras en cuanto
atañe al grafismo, diagramación y compaginación.
Aunque las Revistas Técnicas no deben
basar su difusión en razones estéticas, sino fundamentalmente en el contenido
informativo, no hay que olvidar que la sociedad está asistiendo a una auténtica
revolución tecnológica audiovisual, lo que hace que el lector se vuelva más
exigente a la hora de seleccionar también su revista técnica. Esta mejora
estética debe alcanzar no sólo a los artículos y noticias, sino también a la
publicidad, que justo es reconocerlo, tiene un nivel artístico manifiestamente
inferior a la que aparece en otros medios de comunicación.
Si bien es cierto que en muchas
ocasiones la publicidad de las Revistas Técnicas es confeccionada por el propio
cliente, debería ser una inquietud del director de la publicación el inducir a
los anunciantes a mejorar paulatinamente la originalidad y creatividad de los
espacios publicitarios, beneficiándose con ello no sólo el propio cliente, sino
también, indirectamente, la publicación técnica.
ALGUNOS ASPECTOS CONCRETOS QUE CONFIGURAN LA CALIDAD DE UNA REVISTA
TÉCNICA
Por ser la primera imagen que el
lector adquiere de una publicación, la portada
requiere un tratamiento especial. Si tuviéramos que calificarla en pocas
palabras, diríamos que la portada debe ser: atractiva, estética y definida. Lo
cual significa que debe contener, perfectamente visible, el título, el número,
la colección, la fecha de publicación, y a ser posible el precio.
En este punto debiéramos insistir en
la enorme importancia que tiene la puntualidad en la distribución de la
publicación. La fecha de publicación debe ser, realmente, la fecha en que la
revista está a disposición de los lectores, y no la fecha en que debería
haberlo estado.
Lamentablemente la Prensa Técnica
goza de un escaso prestigio en este aspecto, imagen que no beneficia en
absoluto al conjunto de publicaciones, y que con poco esfuerzo colectivo se
podría cambiar de signo en breve plazo de tiempo.
La estética de la ilustración de la
portada requiere también una constante revisión por parte de los responsables
de la revista. Es aconsejable no vender la portada como espacio publicitario y
confiar su realización a un creativo profesional, el cual, bajo las directrices
del director de publicación, puede ofrecer motivos nuevos, atrayentes y en
consonancia con la línea editorial de la revista y el contenido temático de
cada número.
Otra de las secciones a cuidar lo
constituye el Sumario o Índice
General de la revista, el cual debe ser claro, lo más explícito posible, y
sobretodo situado estratégicamente, de forma que resulte fácilmente localizable
por el lector. Muchas revistas acostumbran a utilizar para este fin la primera
página interior, tras la contraportada.
Los títulos: si son de noticias deben ser breves, expresivos u
sugerentes, pero nunca vulgares, chabacanos o pedantes; si son de artículos
científicos o técnicos, deben ser ante todo breves y contener el máximo de
palabras-clave de conceptos representativos del contenido del artículo. No cabe
duda que titular una noticia o un artículo es tarea difícil, cuyo dominio
requiere una notable experiencia y es un indicador de la profesionalidad del autor
y del medio.
Los títulos deben indicar fielmente
el contenido del artículo para que presenten un interés práctico en las listas
de los títulos y para la indización y la codificación con miras al
almacenamiento y la recuperación de la información; por ello, hay que evitar
las abreviaturas y la jerga propia de especialistas.
Los resúmenes analíticos (abstracts) de los
artículos científicos o técnicos deberían precede a todo trabajo publicado,
tras el título del mismo: Un resumen debe ser, esencialmente, una
representación muy abreviada y comprensiva del contenido del artículo. Debe
informar acerca del objetivo, la metodología y los resultados de la
investigación o proyecto descrito. No deben contener en absoluto ni tablas ni
gráficos, evitando el uso de abreviaturas poco conocidas; tampoco deben
contener notas de pie de página ni referencias. En conclusión, el resumen tiene
que ser lo suficientemente explícito para que el lector se forme una idea del
interés del trabajo, motivando a leerlo, o pasarlo por alto.
Aunque dicho resumen debe hacerlo el
autor, conviene que el director de la publicación o su Consejo de Redacción lo
revisen cuidadosamente, ya que existe el riesgo de que el autor exagere el
interés del trabajo, que reivindique resultados que no ha alcanzado o que el
resumen no sea lo suficientemente atractivo para los lectores. Por ello, esta
sección no deberá redactarse en primera persona, aunque así lo esté el texto
principal. No hay que olvidar que muchas veces el resumen es la única parte del
artículo que leen la mayoría de los lectores.
Dada la tendencia actual a incluir
cada vez más información bibliográfica en bancos de datos informatizados, sería
interesante que todas las revistas técnicas o científicas incluyeran además un
resumen analítico o abstract en inglés de los
artículos, facilitando de esta manera la inclusión y difusión de los trabajos
de los científicos y técnicos españoles en bancos de datos internacionales.
Los artículos, científicos o técnicos deben ir siempre firmados, y en
cuanto sea posible conviene complementarlos con un curriculum
profesional del autor o autores. En algunas revistas científicas
internacionales se incluye además, junto al artículo, la dirección de los
autores, con objeto de facilitar la comunicación con los lectores interesados
en el tema. Las revistas que tienen una
cola de espera de artículos pendientes de publicación, que han sido revisados
previamente por un Consejo de Redacción, acostumbran a publicar junto al
artículo la fecha de recepción del manuscrito, ya que para el lector es una
valiosa indicación sobre la edad o antigüedad del trabajo.
Los artículos técnicos o científicos
deben enriquecerse en lo posible con ilustraciones y tablas. Aunque todos
sabemos que encarecen el coste de la publicación y suponen un trabajo
adicional, contribuyen enormemente a explicar el contenido temático, facilitan
su comprensión y lectura, y lo hacen mucho más didáctico, especialmente para
aquellos lectores menos preparados y para los no familiarizados con el idioma
(con lo que se facilita la difusión internacional de la revista).
Las ilustraciones o figuras (dibujos
y fotografías) deben numerarse consecutivamente en el mismo orden en que se
citan en el texto, no debiéndose incluir nunca en una publicación una tabla o
figura que no se cite en el texto. Cada tabla o figura debe ir acompañada de un
pie o leyenda que empiece por el número correspondiente y explique brevemente
el contenido, de modo que puede ser comprendida sin referirse al resto de la
publicación. Los pies de las ilustraciones, al igual que sucede con los
titulares, dan una idea bastante exacta de la profesionalidad del autor y de
los responsables de una publicación.
Es fundamental para garantizar la
calidad de una revista, que exista uniformidad de estilo y proporcionalidad
entre las líneas, bloques y rotulación, en todos los dibujos de los diferentes
artículos que conforman una misma revista. Para ello, conviene dictar unas
normas de colaboración muy precisas para los autores, aunque la experiencia
aconseja disponer de un delineante en la Redacción que rehaga todos los
dibujos, atendiéndose siempre a los mismos criterios y estándares. Aunque
obviamente se trata de una solución costosa, es la única manera de garantizar
una excelente calidad en el grafismo de la publicación. Reproducir las figuras
directamente de los originales del autor conduce inevitablemente a una amalgama
de estilos, tipos de letras, desproporciones geométricas, etc., que hacen
descender considerablemente el nivel de presentación y estética de la revista.
Entre las muchas normas a tener
presente en la preparación de los originales de los artículos científicos o
técnicos, no hay que olvidar las relativas a las unidades físicas, símbolos,
signos, ecuaciones, abreviaturas, siglas, terminología y nomenclatura. Sobre
todo ello conviene que el director de la publicación dicte normas que orienten
a los autores.
La preparación adecuada de
manuscritos e ilustraciones disminuye radicalmente los costes de producción.
Además del control de calidad editorial del texto en los manuscritos
técnico-científicos, una presentación que tenga en cuenta los factores
ergonómicos y económicos contribuirá en gran medida a disminuir los costes de
edición y los tiempos de lectura y búsqueda del lector.
Como información complementaria, se
incluye al final de esta Ponencia una relación de las principales normas ISO
(International Organization for
Standardization) que estimamos sería recomendable
adoptaran todas las revistas asociadas a la AEPT, en beneficio de su
profesionalización e internacionalización.
La lista de referencias o
bibliografía constituyen una parte
importante de los artículos científicos y técnicos, ya que ponen de manifiesto
los libros o artículos en los que se ha basado el autor para confeccionar el
trabajo, así como las publicaciones aconsejables en las que el lector podrá
ampliar sus conocimientos, y que por limitaciones de espacio no ha sido posible
incluir en el artículo.
Aunque las referencias bibliográficas
son importantes, conviene dictar normas sobre la cantidad y forma de
presentarlas, ya que en ocasiones esta sección se utiliza para mostrar a los
demás su abultada biblioteca o los numerosos libros que aparentan haber leído,
consiguiéndose el efecto contrario al propuesto: la desorientación y desinterés
del lector.
Las referencias deben indicarse en el
texto mediante las oportunas citas numerales, entre corchetes, y que
correspondan a una referencia completa en la lista que se incluye al final del
artículo.
En cuanto concierne al texto principal del artículo, hay que
procurar la concisión, utilizando un vocabulario sencillo y directo, evitando
los términos etimológicamente dudosos, los barbarismos, las ambigüedades, la
jerga técnica y el lenguaje familiar. El texto debe estar bien integrado,
aunque dividido en secciones o apartados. En cuanto sea posible, hay que evitar
las notas a pie de página y la separación innecesaria en forma de anexos o
apéndices, aunque se viene utilizando cada vez más el entremezclar en el texto
resúmenes o recordatorios históricos, principios físicos, etc. En esos casos,
convendrá diferenciarlos perfectamente del texto principal, con recuadros,
tramas de color, o cuerpos y tipos de letra diferentes.
Cuando se empleen términos novedosos,
conviene explicarlos y definirlos cuidadosamente, y dado el creciente
protagonismo de la terminología anglosajona en materia científica y técnica, es
recomendable utilizar su equivalente en español, aunque indicando entre
paréntesis la expresión inglesa. No olvidemos que el idioma castellano es uno
de los más importantes y que presenta un futuro más esperanzador. Por tanto,
conviene enriquecerlo incorporándole los nuevos términos científicos; renunciar
a ello y someterse fácilmente a los barbarismos, es una tentación que debe
evitarse por todos los medios.
Y aunque será objeto de atención
particular en una ponencia específica, quisiéramos dedicarle un breve
comentario al tema de la publicidad,
que aun siendo el principal soporte económico de la revista debe ser selectiva
y rigurosa en cuanto a calidad, estética y buen gusto, así como a su contenido,
siempre acorde con el sector al cual sirve. Mezclar publicidad sobre bebidas,
automóviles, tabacos, compañías de seguros, y otros servicios, en una revista electrónica,
de química o panadería, por citar sólo unos ejemplos, parece totalmente
inadecuado y un mezquino recurso. La publicidad debe constituir un importante
complemento informativo de la especialidad propia de la revista; debe ser
fácilmente localizable por el lector, evitando fraccionar los artículos y demás
páginas de texto a base de intercalar espacios publicitarios. El lector
agradece encontrarse frente a una revista perfectamente sectorizada, en la que
los artículos y demás trabajos periodísticos están claramente diferenciados de
los espacios comerciales. La publicidad es muy importante, pero jamás debe
ocupar el centro de interés de la revista. Limitarse a imprimir un catálogo de
anuncios puede resultar rentable, pero difícilmente se puede definir como
periodismo técnico.
PLANIFICAR EL CONTENIDO
Llenar una revista de contenido
técnico es tarea relativamente fácil. Más difícil por el contrario, resulta
confeccionar una revista cuyo contenido informativo, técnico o científico sea
atractivo, interesante y actualizado. Y para lograrlo nada mejor que la
planificación. Es obvio que resulta imposible generalizar, tratándose de
revistas de tan diferente información o documentación publicada. Sin embargo,
intentaremos sugerir unas ideas generales válidas para gran número de
publicaciones pertenecientes a la AEPT.
Planificar el contenido de la revista
es fundamental para:
ü Ofrecer en todo momento la
información más conveniente para el lector.
ü Evitar reiteraciones sobre un mismo
motivo; evitar lagunas informativas y distribuir ciertos temas en la revista
con la periodicidad adecuada.
ü Ahorrarse el sofoco de tener que
enviar textos a la imprenta y no disponer del suficiente material; o por lo
contrario, verse desbordado por una ingente cantidad de artículos y reportajes
que no pueden salir en un mismo número.
Supongamos el caso más complejo; el
de la revista que acostumbra a publicar todos los epígrafes propios de una
Revista Primaria, más los de una Revista Técnica de Información.
Resulta evidente que será imposible
planificar todo el contenido de la revista. Así por ejemplo, las noticias y los
nuevos productos aparecidos en el mercado serán elaborados lo más tarde
posible, en áreas de la actualidad.
Dígase lo mismo de ciertas
entrevistas o reportajes que, por su oportunidad en un momento dado, se deciden
a última hora.
Por el contrario, un gran número de
artículos técnicos o científicos, estudios de mercado, entrevistas y reportajes
(de empresa, Ferias, Congresos, etc.) pueden ser planificados con gran
antelación, e incluso (si el que los va a escribir es un colaborador externo
editorial) puede encargarse su redacción con el tiempo suficiente, a fin de
evitar retrasos en la entrega de los originales y facilitarle al autor la
búsqueda y selección de la documentación necesaria.
La planificación debe hacerse en
función de la periodicidad de la revista y su naturaleza informativa
(artículos, noticias, etc.).
Lo cierto es que cualquier revista
que se precie de una cierta calidad, parte de la planificación; el que tenga un
mayor o menor nivel de ella, dependerá sin duda de los factores enunciados.
Si se trata de revistas de alto nivel
técnico o científico, la planificación permitirá conseguir:
a)
Artículos
escritos por colaboradores de renombre (siempre ocupados y que precisan de
mucho tiempo para plasmar en papel sus trabajos de investigación).
b)
Que
exista una cierta homogeneidad en el contenido de artículos técnicos.
c)
Los
números especiales o extraordinarios, que incluyen temas monográficos, y que
por tanto, exigen una larga preparación para redactar los artículos,
entrevistas, estudios de mercado, encuestas, etc.
CONCLUSIÓN
Hasta aquí hemos revisado algunos de
los principales aspectos que de una forma u otra contribuyen a definir la
calidad de una revista técnica. Sin duda quedan otros muchos temas sin tratar;
no obstante nos puede haber servido de arranque o punto de partida para un
debate posterior.
Para terminar, quisiera insistir en
la urgente necesidad de elevar el nivel y calidad de las revistas técnicas españolas,
un porcentaje elevado de las cuales todavía dejan mucho que desear.
Mejorar la calidad de las
publicaciones técnicas debe ser no sólo un recurso de supervivencia, sino
también un ineludible deber para con los lectores y anunciantes. Es evidente que
una publicación técnica no tiene por qué ser sinónimo de presentación
adocenada, redacción pobre o vulgar y calidad general mediocre.
El editor que no lo entiende así,
deberá hacer frente a una creciente competencia interna y exterior, de cuya
confrontación se producirá inevitablemente una selección natural, en la que los
mejores, los más profesionales, tienen las mejores perspectivas de futuro.