8.5. CONFERENCIA: ELECTRÓNICA PARA
LA DEFENSA: PRESENTE Y FUTRO DE LA I+D EN ESPAÑA
José Mompín Poblet
Director de la revista Mundo Electrónico
jmompin@telefonica.net
INTRODUCCIÓN
Paradójicamente, se da la
circunstancia de que siempre, pero en especial en los últimos años, la
evolución tecnológica en muchos sectores industriales ha venido fuertemente
inducida por la investigación y el desarrollo encaminado a encontrar nuevas y
más sofisticadas armas.
Con frecuencia se presenta una visión
simplista, distorsionada e incluso demagógica de la Industria para la Defensa.
Y aún cuando sería de desear que la llamada “escalada militar” no se hubiera
producido, hay que ser pragmáticos y reconocer que el mundo actual ha llegado a
un punto tal, que las naciones necesitan instrumentos militares para defender
la paz y su soberanía nacional. De ahí, el protagonismo actual de las armas
defensivas sobre las ofensivas, en las que las nuevas tecnologías tienen un
papel cada vez más importante.
Hoy unas Fuerzas Armadas (FAS) que no
partan de un cierto nivel tecnológico, pierden su capacidad de disuasión y de
defensa. Los recientes conflictos bélicos de las Islas Malvinas (entre
Argentina e Inglaterra), y el ataque aéreo norteamericano a las instalaciones
militares libias, son un ejemplo patente de la enorme eficacia de los sistemas
electrónicos e informáticos en temas relacionados con la Defensa.
En España, es manifiesto el atraso
tecnológico de las Fuerzas Armadas, consecuencia del escaso esfuerzo
investigador y de inversión en nuevo material; sin embargo, existen planes y la
firme voluntad de la Administración y las propias FAS para emprender un
ambicioso plan de restructuración, en el que se reduzcan los gastos de personal
(disminuyendo el número de militares) y se incrementan las inversiones en la
modernización del material, intensificando la cofabricación,
y la I+D propios, reduciendo a su vez las gravosas importaciones de equipos y
sistemas.
REPERCUSIONES CIVILES DE LA I+D APLICADA A LA ELECTRÓNICA PARA LA DEFENSA
Parece fuera de toda duda que la
investigación militar desempeña un papel de locomotora tecnológica e industrial
en los países más industrializados del mundo (EE.UU., Rusia, Alemania R.F.,
Francia, Inglaterra, Italia), excepto Canadá y Japón, que constituyeron dos
casos atípicos, pudiéndose verificar cómo las dos últimas guerras mundiales han
supuesto extraordinarios avances tecnológicos para la aviación, las
telecomunicaciones, la electrónica, los transportes, la medicina y la industria
en general.
En estos últimos años, y fruto de la incorporación
masiva de las llamadas Nuevas Tecnologías a la Industria Militar, se han
inducido incontables nuevos desarrollos de aplicación civil, de los que a
continuación citaremos algunos: técnicas de telemetría y telemando, giroláser para el guiado de aviones, micromecánica
de precisión, tratamientos térmicos y superficiales de metales, láseres de
aplicaciones industriales y médicas, fibras ópticas, nuevos tipos de radares,
desarrollos en microondas, nuevos dispositivos semiconductores VLSI, materiales
composite, aleaciones de titanio, superaleaciones,
nuevos y más potentes lenguajes de programación de ordenadores, etc.
En el campo de la investigación de
los rayos infrarrojos (IR) que están siendo aplicados militarmente en visión
térmica, reconocimiento y vigilancia, detección y seguimiento de blancos,
radiometría, cabezas buscadoras de misiles, navegación autónoma, visión
nocturna, direcciones de tiro, guiado de misiles, control de vuelo, espoletas
de proximidad, telemetría, telecontrol de vehículos, detección de gases y
contramedidas, es curioso observar cómo posteriormente, y fruto de esta
investigación, se están encontrando una serie interminable de aplicaciones de
los IR en los campos industrial, médico y científico; veamos algunas de ellas,
recopiladas en uno de sus recientes escritos por el Ingeniero Javier
Villoslada:
Aplicaciones de los IR en la Industria:
-
Supervisión
de productos durante la fabricación
-
Control
de calidad
-
Máquinas-herramienta
de corte
-
Producción
de dispositivos microelectrónicos
-
Máquinas
de soldadura
-
Detección
de puntos calientes y fugas de calor
-
Detección
de contaminación
-
Detección
de pérdidas de energía en edificios y centrales
-
Centrales
de incendios
-
Búsqueda
y localización de personas
-
Medida
de la temperatura a distancia
-
Fotografía
infrarroja
-
Detección
de pérdidas en conductores
-
Análisis
químico
-
Mediciones
no destructivas
-
Comunicaciones
directas y a través de fibra óptica
-
Etc.
Aplicaciones de los IR en Medicina:
-
Detectores
de obstáculos para invidentes
-
Medida
de la temperatura de la piel
-
Detección
precoz del cáncer
-
Detección
de infecciones
-
Detectores
de CO2 en sangre
-
Cirugía
y microcirugía
-
Fisioterapia
-
Etc.
Aplicaciones de los IR en el campo Científico:
-
Seguimiento
del movimiento de los astros
-
Sensores
de horizonte
-
Estudios
de la estructura óptica del horizonte
-
Radiometría
de los astros
-
Sensores
climatológicos a distancia
-
Estudios
de transferencia térmica en las plantas
-
Espectrometría
-
Determinación
de los constituyentes de la atmosfera terrestre y otros planetas
-
Estudio
y optimización de recursos agrícolas
-
Detección
de vegetación y vida en otros planetas
-
Localización
y mapeo de corrientes marinas
-
Estudio
de volcanes
-
Estudio
de polución de aguas
-
Exploraciones
petrolíferas
-
Comunicaciones
espaciales
-
Estudio
de hábitos nocturnos en animales
-
Etc.
Una razón consistente que quizá pueda
explicar la constante innovación tecnológica que se produce en la industria
militar de los países más avanzados, es el creciente número de prestaciones que
cada vez más se exige a los componentes y equipos para la defensa: calidad,
fiabilidad, facilidad de mantenimiento y reposición rapidez de fabricación, a
la vez que cortas series de producción (CAD/CAM, fabricación flexible),
resistencia de materiales (esfuerzos mecánicos, vibraciones, humedad, temperatura,
ligereza y pequeño tamaño), lo que a su vez está motivando la investigación de
nuevos materiales, nuevos semiconductores y de mayor escala la integración,
nuevas tecnologías de fabricación como la SMD/SMT, etc.
La incorporación de nuevas tecnologías
en la industria militar, especialmente, la electrónica e informática es tan
acelerada, que muchos equipos o sistemas militares se quedan obsoletos en menos
de un año. Sólo así se comprende cómo este subsector puede llegar a
transformarse en el motor que impulse la I+D de todo el Sector Electrónico.
UN MERCADO MUNDIAL EN EXPANSIÓN
Bastarán unos pocos datos para
cerciorarse de la importancia que tiene en el mundo la investigación en la
industria militar. Según datos correspondientes a 1980, el volumen mundial de
inversiones en I+D orientado a defensa se elevó a 35.000 millones de dólares,
lo que supuso el 25% del gasto total de la investigación en todos los campos.
Se da la circunstancia que cuatro
países, EE.UU., URSS, Francia y Gran Bretaña suman más del 90% de la inversión
mundial en I+D militar, y de los presupuestos de Defensa de dichos países,
alrededor del 25% corresponde a equipos y sistemas electrónicos.
Es indicativo el hecho de que en la
década de los años 70, entre el 20 y el 25 de los científicos e ingenieros de
todo el mundo participaban de una forma u otra en tareas relacionadas con el
sector militar, mientras que en la presente década, ese porcentaje se ha
elevado al 40%, una parte importante de los cuales está dedicado a temas
electrónico-informáticos.
Como ya hemos apuntado, las nuevas
tecnologías de la información invaden la industria militar, hasta el punto que
el porcentaje que supone la electrónica e informática sobre el coste total es
del:
-
35%
en un avión de combate moderno
-
45%
en un misil
-
35%
del valor de un buque de guerra
-
95%
de los sistemas de comunicaciones y de Guerra Electrónica
Es interesante analizar los gastos
destinados a las Fuerzas Armadas por los principales países occidentales, y
especialmente el concepto “índice de equipamiento (IEP)”, que no es otra cosa
que el cociente entre el presupuesto de Defensa (menos los gastos de personal),
y el número de hombres que constituyen las respectivas FAS. Queda patente que
España ocupa el último lugar entre los países citados en la tabla en cuanto
respecta al equipamiento, por lo que se comprende el empeño que en repetidas
ocasiones ha mostrado el Ministerio de Defensa español (MINDEF), en establecer
una estrategia científica-industrial, que integrada en la política económica
general del país, se mueva en una serie de líneas de acción básicas, que
permitan un crecimiento industrial y tecnológico equilibrado.
Actualmente, la parte del presupuesto
de defensa español destinado a la adquisición de equipos electrónicos supera
los 100.000 millones de pesetas anuales, cifra que tenderá a aumentar
considerablemente en los próximos años (durante la próxima década, el 30% de
las inversiones de Defensa corresponderán a material electrónico), lo que
convierte a nuestras Fuerzas Armadas en el mayor comprador de Electrónica en
España.
EL SUBSECTOR DE ELECTRÓNICA MILITAR EN ESPAÑA
El nivel de equipamiento actual de
nuestras Fuerzas Armadas es francamente insuficiente, con material totalmente obsoleto
en muchos casos. Por ello, entre las necesidades previstas para el período
1985-95 se consideran prioritarios todos aquellos sistemas de armas basados en
tecnologías avanzadas (aviones de combate, misiles, sistemas de “guerra
electrónica”, comunicaciones, etc.).
Aunque existen una serie de empresas
nacionales dedicadas a la fabricación de algunos sistemas electrónicos
militares, el valor añadido o grado de nacionalización no es siempre el
deseable.
Prácticamente es a partir del año
1970 cuando se emprende una auténtica política de I+D tendente a potenciar la
Industria de defensa (Empresa Nacional Bazán, Construcciones Aeronáuticas,
Empresa Nacional Santa Bárbara, CETME, ENASA, Experiencias Industriales,
Equipos Electrónicos y ENOSA), todas ellas empresas públicas.
También surgen algunas industrias
privadas de gran prestigio internacional, si bien dedicadas fundamentalmente a
la producción de armamento convencional, todo lo cual sitúa a nuestro país
entre los 10 primeros países productores y exportadores de armamento. Sin
embargo, si valoramos el grado o nivel de tecnología de los modernos sistemas
de armas, comprobamos cómo existen incluso una serie de pequeños países
europeos que nos aventajan con equipos y desarrollos mucho más tecnificados;
este es el caso de Bélgica, Suiza, Holanda, Noruega, etc. Estos países, además
naturalmente de Francia, Italia, Inglaterra y Alemania federal, han sabido
aprovechar la valiosa ayuda norteamericana que les ha aportado normas,
especificaciones, proyectos, desarrollos, procesos de fabricación, nuevas
tecnologías, y en definitiva, todo un valioso “know-how”,
del que ha sabido aprovecharse y en el que están basando sus nuevos y futuros
desarrollos para la industria militar. Todo lo cual constituye un importante
bagaje tecnológico del que se beneficia la industria general de esos países.
En 1982 el Ministerio de defensa
elaboró un plan hasta el año 1990, en el que se decía que “en la realización de
todos los programas de modernización de las FAS se atenderá, con carácter
prioritario, el fomento de la producción nacional, la elaboración de planes
integrados de I+D y fabricación, y cuando no sea viable la obtención de los
medios por la industria autóctona, se adquirirán en el extranjero, pero
mediante acuerdos de coproducción que supongan transferencia de tecnología, y
compensaciones industriales adecuadas”.
Actualmente, la industria nacional de
material para la Defensa, sumadas las empresas públicas y privadas, de
ocupación 66.000 empleados y obreros, observándose que la complejidad de los
productos, la automatización de la mayor parte de los procesos de fabricación,
y las exigencias de calidad y fiabilidad de aquéllos, está requiriendo cada vez
más una mano de obra de alta cualificación.
Hasta la fecha, la industria electrónica
nacional, salvo raras excepciones, se ha limitado en muchas ocasiones a hacer
de intermediarios y comercializadores de productos de firmas extranjeras,
efectuando ensamblajes de componentes importados, y fabricando algunos
subconjuntos electrónicos. El resultado ha sido en muchos casos un reducido
añadido sobre el producto final.
Sin embargo, afortunadamente las
cosas empiezan a cambiar. Además de las empresas y centros de investigación
públicos ya citados, existen firmas como Ceselsa, Elbasa, Otema, Page Ibérica,
Hispano Radio Marítima, Standard Eléctrica, Marconi Española, Citesa, etc., que están trabajando intensamente, con
tecnología propia o en ocasiones con conciertos con departamentos
universitarios o laboratorios de I+D de las propias Fuerzas Armadas, en temas
tan interesantes como:
-
Comunicaciones
tácticas y estratégicas
-
Informática
aplicada
-
Radares
de exploración, vigilancia, localización, detección, IFF, de tiro, de bandas
diversas, etc.
-
Equipos
y sistemas de navegación aérea y marítima
-
Sistemas
de armas
-
Detección
submarina
-
Visión
nocturna y giroestabilizadores
-
Sistemas
de guiado y radiogonometría
-
Dirección
de tiro y telemetría por láser
-
Computadores
de tiro
-
Medidas
y contramedidas electrónicas
-
Microelectrónica
especial para equipos militares
-
Termografía y radiaciones infrarrojos
-
Automática
y servosistemas
-
Materiales
especiales
-
Fibras
ópticas
-
Espoletas
de proximidad y optoelectrónicas
-
Sistemas
de comunicación digital
-
Simuladores
de vuelo
-
Radioteléfonos
y equipos auxiliares de comunicaciones
-
Dispositivos
para guiado y control de misiles
-
Proyecto
de la Red Estratégica Digital (RADITE)
-
Etc.
Es evidente que el subsector de
Electrónica Militar presenta un futuro prometedor, y dado el bajo nivel de I+D
propios, los caminos a seguir para adquirir una capacidad industrial similar a
la de los países de nuestro entorno y grado de desarrollo económico son:
Es justo reconocer que gran parte de
esto se ha empezado a hacer ya. En la actualidad se coproducen en España los
misiles tierra-aire “Aspide”, mientras en el sector
naval hay una larga lista de proyectos autóctonos o en coproducción con Canadá,
Francia, RFA, Italia, Holanda e Inglaterra, que sería prolijo enumerar aquí,
que alcanzan hasta el año 2000.
En el sector de automoción y de
armamento, se están introduciendo sistemas CAD/CAM en los procesos de
fabricación de vehículos militares, diseñándose talleres flexibles que
incorporan las más modernas máquinas-herramienta y robots industriales.
En lo que respecta al sector misilístico, está prevista una importante transferencia de
tecnología a la industria militar española, como resultado del programa de
compensaciones por la adquisición del misil “Roland”
durante los próximos cinco o siete años, estando en avanzada fase el
anteproyecto de un misil contracarro teleguiado, que
incorporará un porcentaje elevado de electrónica avanzada.
En aviónica, España está ya
participando en proyectos europeos, mientras que la firma Construcciones
Aeronáuticas sigue con nuevos diseños; por su parte, Ceselsa
está finalizando varios simuladores de vuelo para los aviones EF-18 y AV-8 (Harrier), y Ensa lleva a término
un ambicioso estudio de sistemas de “guerra electrónica”.
La participación española en
programas internacionales de cooperación industrial militar es cada vez más
importante; veamos algunas realizaciones: montaje del avión táctico F-5;
fabricación parcial del avión de combate F-1; montaje y fabricación del 20% del
helicóptero utilitario B0-105; fabricación de submarinos “Delfín” y “Agosta”,
con el 70% de nacionalización; fragatas tipo “FFG” con un grado de
nacionalización próximo al 70%; fabricación del carro de combate AMX-30, con un
grado de nacionalización del 80%; montajes específicos de electrónica en
espoletas, misiles “Aspide”, comunicaciones y “guerra
electrónica”.
En un futuro inmediato hay que
desatacar un incremento de las colaboraciones internacionales, fruto del
esfuerzo exportador de la industria española, y de las compensaciones
industriales y tecnológicas de los diversos programas de adquisición de
material militar. Así por ejemplo, en concepto de compensaciones por la compra
de los aviones EF-18, y durante el período 1985-94, nuestro país recibirá un
total de 1.800 millones de dólares, mientras que por la compra de los misiles
de baja cota, modelo “Roland” recibiremos más de 21
mil millones de pesetas en el período 1984-90.
Si nos atenemos a los proyectos de
cooperación supranacionales para la próxima década, en los que España ha
anunciado su participación, hay que citar:
La inversión española prevista para
los tres primeros proyectos de I+D citados, asciende a más de 200 mil millones
de pesetas, distribuidos en el período de 10 años.
Hay que hacer mención especial de los
posibles proyectos de ámbito nacional en los que la participación extranjera
será mínima, y que por tanto, supondrán un alto valor añadido de I+D:
Está en los planes del Ministerio de
defensa el fijar un grado de nacionalización mínimo del material que se siga
adquiriendo en los próximos 10 años, del orden del 50%, mientras que gracias a
la política de coproducciones y compensaciones, la industria militar española
irá adquiriendo un mayor nivel tecnológico y asumiendo las técnicas más avanzadas.
Según valoraciones de expertos en la
materia, la actual proporción de mano de obra de los sectores electrónico/misilístico militar (6%), pasará en los próximos años al
30% de la población dedicada a la industria para la Defensa, lo que supondrá un
ambicioso programa de contratación de ingenieros electrónicos y licenciados en
informática, así como la reconversión de personal hoy dedicado a la
construcción naval y munición pesada, sectores en franco declive.
GUERRA ELECTRÓNICA
En varios apartados anteriores hemos
citado con insistencia el tema de la llamada “guerra electrónica”, concepto que
está adquiriendo una importancia inusitada, y que se está incorporando incluso
rápidamente al lenguaje periodístico. Veamos, aunque sea brevemente, qué se
entiende por ello y cuál es su porvenir.
Todo sistema de armas actual o futuro
hace y hará uso de equipos electrónicos. La finalidad de la “guerra
electrónica” no es otra que la de interferir las emisiones electromagnéticas y
los quipos electrónicos del enemigo (comunicaciones, radar, ayudas a la
navegación, identificación de naves o aeronaves, control de disparo,
telemetría, control remoto, guiado de misiles, etc.).
Aunque como queda patente, el
espectro de acciones posibles o misiones básicas de la “guerra electrónica” es
enorme, existe una clasificación que parece muy convincente:
Bajo otro criterio, de acuerdo con la
filosofía de utilización por parte del mando de la Guerra Electrónica, ésta se
puede dividir en dos categorías:
a)
Guerra Electrónica Estratégica, realizada por el alto mando militar situado, por lo general
a grandes distancias; se lleva a cabo constantemente y no sólo en tiempo de
crisis o guerra, ya que la finalidad es acumular datos e informes sobre el
enemigo potencial.
b)
Guerra Electrónica Táctica, llevada a término a niveles medios del mando militar,
situados en las proximidades del conflicto bélico. Tiene por finalidad la
evaluación rápida de la distribución y estrategia del enemigo, detección de
posibles acciones ofensivas y la mejor manera de contrarrestarlas, perturbación
de los radares y sistemas de comunicaciones, presentación de falsos planes
propios en cuanto al planteamiento del combate, etc.
La Guerra Electrónica (GE) se puede
subdividir en 4 áreas de actividad:
En el Cuartel General de la Guerra
Electrónica se recogen todas las informaciones y datos procedentes de todas las
estaciones de mando y control de campaña, así como de las estaciones aéreas o
embarcadas. Dicha información es procesada, emanando de la misma una
documentación base para la evaluación a largo plazo de la situación (GE
Estratégica), así como las órdenes pertinentes para los Cuarteles Generales de
los Ejércitos de tierra, mar y aire (GE táctica).
Es evidente que nuestro país debe
hacer un gran esfuerzo investigador en este campo, que ofrece enormes
posibilidades tecnológicas y debe ser considerado como de vital importancia
defensiva.
CONCLUSIONES
Es evidente que la industria para la
Defensa, no sólo no tenderá a desaparecer en el mundo, sino que seguirá en
proceso de expansión.
Las Nuevas Tecnologías de la
Información están tomando una creciente importancia en los nuevos y futuros
sistemas militares, por lo que se prevé un espectacular mercado laboral de
profesionales de alta cualificación, particularmente ingenieros electrónicos y
licenciados en informática.
Independientemente del Proyecto
norteamericano SDI –Iniciativa de Defensa Estratégica-, y su posible futura
réplica por parte de la Unión Soviética, cuantificado aquél en 26 mil millones
de dólares destinados a I+D, hay que partir de la base que casi todos los
países industrializados del mundo están destinando importantes medios a la
investigación en el sector de la Defensa, con especial atención a proyectos que
incorporan tecnologías avanzadas.
El futuro de la I+D militar en España
se presenta también con buenas perspectivas, por cuanto existen planes para
incentivar y promover determinadas áreas de interés tecnológico definidas en el
“Proyecto conjunto de los Ministerios de Defensa, Industria y Energía, y
Educación y Ciencia”, y que a corto y medio plazo irán posiblemente
desarrollándose en los centros de I+D españoles: radares avanzados de alerta,
detección y seguimiento de blancos, y radares miniatura para espoletas; láseres
para direcciones de tiro y comunicaciones, equipos de precisión y giroscopios;
equipos infrarrojos para detección y comunicaciones; quipos UHF/VHF,
milimétricos y ultrasónicos; comunicaciones digitales; sensores e instrumentos
integrados para navegación y detección; cicloordenadores;
circuitos integrados e híbridos (custom y semicustom); circuitos impresos flexibles y multicapa; optrónica y holografía; antenas; convertidores y fuentes de
alimentación; cisualizadores de todos los tipos;
espoletas; técnicas de diseño y fabricación de componentes y equipos militares
(CAD/CAM, robótica); almacenamiento de datos; tratamiento e identificación de
imágenes; criptografía y secrafonía; sistemas de
lógica difusa; lenguajes de alto nivel; sistemas de guiado de proyectiles;
sistemas de navegación; equipos de simulación; nuevos materiales, etc.
Es fácilmente previsible que dentro
de una década en España el 50% del valor de los equipos militares que se
entreguen a las Fuerzas Armadas, será generado en el país fruto de la I+D
propia, así como de acuerdos de cooperación multinacionales, con un alto valor
añadido también en lo que respecta a componentes y sistemas electrónicos.
Existen pues, excelentes perspectivas industriales y muchas posibilidades
profesionales para los técnicos de alta cualificación –electrónicos e
informáticos-, que encontrarán trabajo en laboratorios de empresas oficiales y
privadas, así como a través de acuerdos o conciertos entre industrias y
departamentos universitarios.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA